Esta noche no concilio el sueño, estoy angustiado, llevo demasiado tiempo aquí dentro, sólo una vez, debo salir sólo una vez…se han dormido, es la primera vez que los veo dormir, quizás sea porque nunca tuve problemas de sueño, ellos duermen porque confían en que yo duermo. Esta noche es diferente, algo me dice que debo salir, que no va a ocurrirme nada malo, que saldré y estaré a salvo, de qué no lo sé, pero a salvo…He rascado un poco por un lado y se ha hecho una pequeña fisura en mi burbuja de jabón, se está rompiendo y salgo...sigilosamente empiezo a caminar y llego a una puerta, respiro aromas que nunca llenaron mi olfato, oigo música que nunca llenaron mis oídos, lleno mi tacto de suaves telas que me hacen sentir extraño pero a la vez aliviado. Cuanto tiempo perdido dentro que aquella burbuja, cuanto por aprender, cuanto por gozar, cuanto por ver.
Ahora saboreo mi libertad, en la plenitud de mi vida, ahora lo entiendo, nací dentro de una burbuja y en ella crecí, bajo la eterna vigilancia de esos ojos, los ojos de la moral, que me impedían gozar de los frutos de los árboles, de los aromas de las flores, del canto de los pájaros, no podía mojar mis pies en charcos de barro, ni bañarme en mares de agua salada, ni hablar con sus peces, no me permitían subir montañas, ni penetrar en sus cavernas, nunca miré al cielo y busqué formas en sus nubes, jamás pensé en que la luna se pusiera delante del sol y formara espectaculares eclipses dejando un perfecto cuadro en el cielo…
A lo lejos los miro, miro a los ojos que siempre me observaron, ya no pueden frenar mis ansias de libertad porque ya la he gozado, ahora soy yo quien los mira, y sonrío, y pienso cuanto tiempo perdido…
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