viernes, 14 de enero de 2011

DESPERTAR

No puedo abrir bien los ojos, partículas de polvo y destellos de luz no me dejan ver con claridad, los cierro, los vuelvo a abrir, poco a poco recobro visión .Caen trozos de edificios frente a mí, montañas de ladrillos por todos lados, lluvia de cenizas y olor a quemado, no puedo andar, algo sobre mi pierna me lo impide , pero no logro enfocarlo bien , intento reptar por el suelo pero está lleno de cristales, me siento impotente de no poder moverme…Esperaré un rato a ver si se me pasa, estoy empezando a recordar algo de lo que ocurrió antes de quedarme inconsciente, recuerdo ruidos en el aire, gritos, gente corriendo de un lado para otro y el temblor del suelo. Destellos de fuego caían desde lo más alto, y todo caía con ello, nubes e humo cubrían el aire y cortaba la respiración, caballos negros entraban por las calles arrasando a su paso lo que hubiere, en ellos unos jinetes cubiertos de túnicas negras cortaban cabezas y hacían arder los árboles. Los pájaros volaban sin sentido por el aire a la vez que iban cayendo, yo recuerdo que corría y corría sin encontrar lugar donde ampararme, y hay debió ser cuando quedé inconsciente, ya no recuerdo más.
Consigo mover la pierna y quitarme el peso de ella, ahora ay puedo ver con claridad y lo que me impedía moverla no era más que un cuerpo sin vida, uno de tantos que enlosaban el suelo. Voy esquivando árboles rotos, cuerpos inertes, trozos de paredes y entro a un túnel oscuro, allí en mi refugio de sombras entro en razón, recuerdo las palabras del pastor de mi iglesia, él nos avisó, no habíamos seguido la palabra de Dios y este se había enfadado, no mando a los jinetes, destruyendo a su paso todo lo que había creado, por no saber conservarlo, por no seguir sus pasos. No puedo dejar de llorar y pedir misericordia, por mi, por quien haya quedado con vida, Dios se ha enfadado y no tenemos perdón,
- ¿Estaré yo sólo?... ¿Habrá quedado alguien?
La angustia de la soledad me ataca, el miedo a morir me puede, me quedaré aquí hasta que alguien venga y si no tendré que salir, no puedo dejar de llorar.
Oigo pasos, se acercan hacía mí, quién será .Lleva un traje amarillo y una máscara que le cubre el rostro.

 
- ¿Estás bien?... ¿Hay alguien más cóntigo?
Me dice el tipo del traje
-Te ha mandado Dios a que me lleve con él ¿verdad?. Mis rezos han surgido efecto y me ha perdonado ¿verdad?.

 
El hombre de traje amarillo, me calmó, me explicó que no sabía de que dios hablaba, que él era sólo del equipo de rescate y estaban buscando a quien quedara con vida para llevarlos a un campo de refugiados a las afueras de la ciudad. Lo que había ocurrido era un ataque del ejército del país con el que estábamos luchando, que los caballos que vi correr era los tanques atacando la ciudad.
Mi cabeza está hecha un lío, las palabras de mi pastor no valían para nada, me han engañado, es cierto lo que el hombre me dijo, si Dios hubiera mandado a los jinetes, si Dios se hubiera enfadado con los que han pecado, ¿por que destruyó una ciudad entera y todo lo que hubiera a su paso?... ¿Por qué permite estas atrocidades y a los que las hacen en su nombre? 


-Tu Dios no existe, tu dios no salva almas, y si en algo me equivoco, tu Dios no tiene misericordia por los que ha creado.
 
Mi mente ya ve con claridad que he sido débil, que me dejé llevar por las falsas palabras de alguien que se hizo llamar iluminado, que aprovecho mi debilidad y la transformo en su juego, y que ahora me toca aprender a vivir por mi mismo, sin pedir ayuda al cielo, porque las nubes no se mueven hacia abajo , porque el sol sólo me da luz y calor, y porque la noche sólo me da descanzo.

2 comentarios:

  1. Un relato muy bueno y una "moraleja" muy acertada según mi punto de vista.

    ResponderEliminar
  2. Pues si,para mi este es el despertar de la fe y el salir adelante por uno mismo,sin engaños.Gracias!

    ResponderEliminar